jueves, 29 de julio de 2010

Pimientos

Estábamos cogiendo pimientos. Hacía mucho calor, como siempre. El estrés que me producía el estar atenta para no romper el rabillo de los pimientos y el pensar qué coño hacía yo ahí, me hacían escapar de la jefa, que trabajaba codo a codo conmigo a un ritmo e intensidad muy superior a mí. En una de esas no pude esquivarla más y me pilló para darle al palique. No la hice mucho caso hasta que la oí pronunciar esto:

"Es que tú no sabes cómo son los hombres. No sé qué se piensan. El mio sin ir más lejos. Es un desgraciado. Hace tiempo, vino al pueblo una muchacha y un muchacho, que vivían ahí donde vosotros. Era una chica muy joven. La muchacha era muy simpática y hablaba con todo el mundo. Él se arreglaba todas las tardes y se hacía el encontradizo con ella.. Era una niña. Y yo le decía, "pero Frasquito, ¿cómo te va a querer a ti? y él se enfadaba y decía "¿Por qué no? ¡Si quiere hasta a un cojo! Para que veas lo ciegos que son los hombres..."

Ella siguió hablando pero yo ya no escuchaba. Me acordé de mi amigo Natalio, que era poliomielítico, mientras arrancaba sin piedad los pimientos.

2 comentarios:

javcasta dijo...

El amor es ciego

chose dijo...

La jefa estaba contando la historia real a la protagonista. La ciega era la chica.

Un saludo.