martes, 31 de agosto de 2010

Septiembre

Llevaba varios días un poco rara. Nerviosa, iba de una habitación a otra, se quedaba mirando una pared, se iba. Traía un metro en la mano y apuntaba mediadas en un trozo de papel arrugado.

Yo la miraba hacer. No preguntaba porque si lo hacía ya sabía lo que podía pasar. Se enfadaba, me contestaba mal, yo también y así hasta que nos mandábamos a la mierda y nos tirábamos un tiempo sin hablar. No me merecía la pena enfadarme con ella sin motivo. Era algo que habia aprendido con el tiempo, a saber callarme, a esperar para hablar.

Por eso, disfruto tanto mirándola de refilón morderse el labio superior mientras piensa. Me divierto haciendo conjeturas sobre lo que se trae entre manos. Muy pocas veces lo acierto. Es prácticamente imprevisible esta mujer.

Hoy al volver a casa me encontré la taladradora y la caja de herramientas sobre la mesa del salón. Ella estaba midiendo, supongo que para hacer los agujeros para colgar la estanteria que estaba apoyada a sus pies. Saludé como siempre, o mejor dicho, haciendo un gran esfuerzo para que mi saludo pareciera el de siempre y no preguntar qué coño estaba haciendo y me fui a la cocina con la excusa de tomar algo frío ¿quieres tú algo? No, ahora no. Más tarde seguro. Me tienes que ayudar a colgar la estantería cuando acabe de hacer los agujeros, ¿vale?. Vale y ¿me dirás para qué es o tengo que esperar aún?

Apoyado en el cerco de la puerta con una cerveza en la mano y mirándola con todo el amor que me cabe en los ojos, ella reconoce el momento. Ahora ya me lo podía contar.

Es un mueble para guardar la primera pieza de cada una de las colecciones que invaden los quioscos cada septiembre. Haré la colección de entregas nº 1. Había qué ver esa mezcla de ilusión, alegría, determinación, orgullo, coraje en sus palabras. Daba gusto verla y escucharla tan feliz. La rodeé por el cuello y besé su frente y sus ojos con devoción.

Esa noche, de nuevo, hicimos el amor como nunca.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Poesía

Broadway

El amor es un juego apasionante
y el mejor sustituto del amor.
De aquel amor inmenso, el amor único,
que uno halla varias veces por el tiempo.

El recíproco amor es lo más bello.
Lo sabemos los dos. Pero es muy grande
el vacío que se abre entre el amor
que se ha ido y el amor que aún no ha llegado.

¿Por qué llenarlo, pues, con la tristeza
si es posible colmarlo de sonrisas?

Si se ha ocultado el sol pueden los faros
del coche iluminar la carretera.
Mientras llega otro amor buscando el nuestro
juguemos, sólo juego, a enamorarnos.

Juguemos a querernos, sin querernos,
hasta el día en que alguno de los dos
vuelva a sentir amor por cualquier otro.
El amor es hermoso aun como juego.

José Mª Fonollosa, "Ciudad del hombre Nueva York".

Relacionado con esto

martes, 24 de agosto de 2010

No sé qué leisteis el último verano

- Desobediencia civil y otros escritos. H. D. Thoreau
- El oso y el gato salvaje. K. Sakaï, K. Yumoto
- El Tercer Reich. Roberto Bolaño
- El Demonio rojo. Mauro Entrialgo
- El sonido de los colores. Jimmy Liao
- La caverna. José Saramago
- Serie "Verano y literatura". Discreto lector
- (¡Cómo pude olvidarme!) Maus. Art Spiegelman

Función

Parece estar todo más o menos asimilado.
Lo que ves, lo que eres, lo que sientes.
Todo tu entorno, con los personajes y decorados de tu vida.
Y se abre una rendija en el telón y no te reconoces,
no sabes lo que ves ni lo que sientes.
Lo que te rodea te es ajeno.
Y así una y otra vez hasta...

lunes, 23 de agosto de 2010

Real



Estar de vacaciones no me hace olvidar en qué mundo vivo.

Muchos de vosotros quizá lo conozcáis. A mí me parece que no se puede decir más claro.
Y por supuesto extrapolable a cualquier país occidental.

domingo, 22 de agosto de 2010

Tonta, tonta

¡Quién me mandará a mi tocar sin saber!
Me puse a tocar y a tocar y perdí mi configuración original.
¿Sabe alquien si puedo recuperarla y cómo?
¡Mierda!

Revisión, políticamante correcta, de la entrada anterior suprimida

- Jo me has descolocado tía.
- Verás, es que fue verte, tan atractivo e indefenso, que me empezó a sonar en la cabeza el "tiruriiii-tiruriii" de misión imposible y me dije que no había tiempo que perder.
- Vale, vamos.

Para "ridícula calamidad" y la influencia tan bestia que está teniendo en mí y en este blog.

jueves, 19 de agosto de 2010

Micro 5

- ¿Qué es exactamente lo que quieres de mí?
- Que me escuches y me mires. Que me mires sobre todo. Y, que al mirarme, sientas unas ganas locas de hacerme el amor.
- ¿?
- Es la única forma de no sentirme invisible.

Escalera


Hacer un viaje largo por carretera me proporciona tres grandes satisfacciones: conducir, cantar a pleno pulmón y pensar.

El de ayer estuvo centrado en el destino, como no podía ser de otra manera, pues cada vez estoy más convencida de que no hay otra cosa sino él y su eterno acompañante el paso del tiempo.

La experiencia de perder a la madre, mi punto de partida, me lleva a reflexionar profundamente. Mi padre, además de anciano, quedó desnortado, perdido y triste. Mis hermanas y yo crecemos.

No hay tiempo que perder en gilipolleces ni lamentos. Estoy aquí y voy a estarlo con todas las consecuencias.

Y como no hay, a mi entender, mejor manera de sentirse vivo que apreciando y valorando a los demás, termino la que prometía en mi cabeza ser la madre de todas las entradas, parafraseando o citando a:
Borde, "las entradas demasiado largas aburren";
theuc, " es duro ser elegante";
Saramago, " sabríamos mucho más de las complejidades de la vida si nos aplicásemos a estudiar con ahínco sus contradicciones en vez de perder el tiempo con las identidades y coherencias, que ésas tienen la obligación de explicarse por sí mismas".
Sin olvidarme de la maravillosa foto de José Medina, para él sin título, para mí, en un principio, se llamará "escalera al cielo".

Arriba siempre, en busca de la luz.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Micro 4

Llevaban varios meses organizando una cita.
Cuando lo consiguieron ninguno de los dos pudo llegar.
Un fuerte choque se lo impidió.
Ella chocó contra la mediana al retocarse el carmín.
Él contra su propia inseguridad.