domingo, 30 de mayo de 2010

Micro

Era todo un descubrimiento las tijeras de podar para cortar el pollo.

La llamada fue inesperada. Pegó un salto y contestó.

Ella no se dio cuenta hasta que encontró el anillo en el lavavajillas.

Sus invitados tampoco.


Esto está inspirado en un post y un comentario de Segundo Cajón.

2 comentarios:

Perogrullo dijo...

La pelota está, de nuevo, en tu tejado.

chose dijo...

Ahí te va Perogrullo!