jueves, 10 de diciembre de 2009

Impotencia



El roe-roe de termita insoportable de la incertidumbre.

La duda como la más grande de las angustias.

Malestar que llega a debilitar incluso a mi cuerpo.

Alargar la mano y tener acceso a todo lo que se tropiece con ella.

Y, sin embargo, lo que más deseo y añoro
apenas llego a rozarlo con la yema de los dedos.

4 comentarios:

Yomisma77 dijo...

La incertidumbre, la duda, la impotencia...

Sentimientos crueles que nos deboran poco a poco y nos dejan el alma triste e intranquila.

El anhelo que se sufre por aquello que nuestros dedos no logran ni tan siquiera rozar...

Muy cierto, profundo y hermoso el escrito que hoy compartes.

No dejes que esos sentimientos tengan cabida en tu ser, si se asoman... recuerda que sólo tú gobiernas en tu vida y siempre puedes cerrarles la puerta de un portazo...

Un abrazo enorme :)

chose dijo...

Ahí estamos, en lucha permanante, intentando controlar la fuerza para que el vuelo del péndulo sea lo más suave posible.

Besos, Yomisma.

Anónimo dijo...

El tema de las dudas es una historia jodida.

Largo y tendido he hablado yo sobre ello, pero las conclusiones han sido siempre las mismas, y se condensan en una sola frase, que duele tan solo oírla: Sin riesgo no hay gloria.

Si hace falta a codazos y puñetazos hasta dejar de tropezar al estirar la mano. Sin duda.

Porque sólo hay una cosa peor: arrepentirse.

chose dijo...

Sí señor, a muerte.

Aunque he de reconocer que yo tengo momentos de flaqueza porque la lucha continua contra el vampiro es extenuante.