- ¿Qué querías entonces? me preguntaste asombrada.
- Que me mire cuando escribo o leo, que me observe al cocinar, que me ojee si conduzco, que me aceche cuando cruzo la calle y voy a su encuentro, que contemple mi sueño, que examine cómo me visto, que me descubra si hablo con alguien...
- ¿Pero no decías que no querías echarte novio?
- ¿Y qué te hace suponer que lo quiera?
- ¡Joder! Esas cosas sólo se hacen si vives con alguien.
- De eso nada. No tienes por qué vivir con alguien. Basta con que los momentos compartidos sean simplemente provechosos.
- No te entiendo.
- Verás, lo que quiero en realidad es compartir silencios.
- Estás como una cabra. Vamos a tomar unas cervezas anda.
Y fuimos a tomar esas cervezas. Y, curiosamente, esa noche hablaste mucho menos de lo habitual. Qué buena amiga eres.
10 comentarios:
Y es que construir silencios compartidos y que no resulten incómodos no es tarea fácil...
Prácticamente imposible pero no me resisto, tiene que existir :)
Esto es como las tapas de los yogures de cuando éramos pequeños: 'siga buscando'...
la comunicación en estado de silencio. Eso es lo que me gusta. :-)
el silencio es la mejor respuesta :)
Sally, muy buena, tu frase condensa el mensaje.
.A sí y no siempre apreciada.
Existe!!! y es maravilloso!!! :-)
Un abrazo enoooooooooooorme mi querida Chose :-) :-)
ah!! y un ole muy grande por esa buena amiga :-)
Pili, veo que andas enamorada again. Me encaaaanta. Suerte y a disfrutarlo.
Muchísimas gracias Chose :-)fue totalmente inesperado y es tan pero tan diferente a todo lo que había sentido antes que aún estoy en modo incredulidad pero muy feliz.
Un abrazo enooooooooooorme!! :-)
pd: te he dicho ya que me alegra muchísimo tu regreso :-) :-) :-)
sssmmmmuuuaaaccc!!!!!
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