sábado, 23 de octubre de 2010

Azar

Entraron en la librería a comprar unas guías de carreteras y vio que se iluminaba la cara de su mujer. Ella cogió un libro con ternura y empezó a hojearlo. Él se fijó en el nombre del autor y la verdad es que no le dijo nada. Ella estaba como sonámbula. Se acercó al librero y le preguntó si conocía al autor y si sabía dónde podía localizarlo. Dijo que curiosamente le conocía y que a veces venía por aquí. ¿Puedo dejarle un recado? Sí, claro. Con mucho gusto le daré su nota cuando venga.

En ese mismo instante y no muy lejos de allí alguien paró a un señor por la calle. Hola, ¿es usted el escritor Mario Silva? Sí, el mismo. Me encantan sus libros y me encantaría que me firmara un ejemplar. ¿Tiene alguno? No pero conozco una librería aquí cerca. Jolín qué chica tan preparada, pensó Marío. Conocía esa librería, era de un amigo suyo. Si no le importa podríamos ir, yo compro uno y usted me lo firma ¿sí?.

En la puerta casi chocan al entrar con una pareja, tan ensimismados en su conversación iban.
¿Me puedes explicar algo? Espera, ahora te lo cuento, déjame reponerme. Mario era huérfano y fue acogido por mi madre un tiempo. Yo coincidí poco con él pues estaba fuera estudiando. Al crecer le perdimos la pista. La verdad no me esperaba encontrármelo así. Ha sido una sorpresa magnífica. Una alegría. Para mí es alguien especial.

Buenos días, Roberto. ¿Cómo está Mario? Precisamente me acaban de dejar esta nota para usted. Una pareja que acaba de estar aquí. Tuvieron que cruzarse.
La leyó y salió como un rayo a la calle.

¡Cecilia! ¡Cecilia!

4 comentarios:

Borde dijo...

Bonita historia.

Me he quedado mirando la foto de tu perfil. Aunque creo que es una barca de una noria, a mí siempre me parece un satélite en órbita, con su antena parabólica y sus chismes apuntando en todas direcciones, y al fondo, la Tierra, con sus mares y sus nubes y sus anticiclones y sus borrascas.

Gustavo D´Orazio dijo...

Lo que puede el azar. Muy atractiva la historia. Beso.

julio e. dijo...

hola chose: aca estoy retibuyendo tu visita a mi blog y gratament sorprendido por lo que encontre en el tuyo.
quiza el azar este siempre detras nuestro o para tener una mayor esperanza haya un proposito detras de todo. tal vez llegue el día indicado en el que pruebes las nueces de tu árbol.
te espero.
un abrazo

chose dijo...

Borde, claro que leí todo el comentario. (I've missed you too).

Gustavo, esta es la historia, verídica, de que te hablé.

Julio, gracias por tu visita. Claro que volveré.


Saludos.