Me hago un par de huevos fritos. Huelen del copón.
Revolotean, ya suavenmente, los moscones de esta noche. Pero no estabas tú. Aguardo tranquila.
Se enfrían los huevos. Tendré que comer.
Y mientras moje, mastique y trage los trozos de pan empapados en yema, me acordaré de tí y de que quedan menos días para vernos.
Porque nos vamos a ver y a besar.